Blog
.png)
De Digger a Emprendedor: la historia de una curiosidad que nunca se apagó
He visto este patrón demasiadas veces. Un CEO decide que es momento de expandirse a Latinoamérica. Aprueba un presupuesto considerable para publicidad digital. Contrata una agencia, lanza campañas, y seis meses después está mirando los números preguntándose qué salió mal.Tenía apenas cinco años cuando mi padre llegó a casa con lo que parecía un objeto misterioso: una computadora. Nadie sabía bien qué hacer con ella, solo que había costado una fortuna y que era “para el trabajo de papá”. Cuando la encendió, mis hermanos se aburrieron rápido, incapaces de entenderla. Yo, en cambio, sentí que había entrado a Disney. Mis manos temblaban y mi sonrisa no se borraba. Bastó un simple videojuego —Digger— para marcarme de por vida.
.png)
Desde entonces, la obsesión fue total. Me despertaba a las cinco de la mañana, corría a la oficina de mi padre y, contra su voluntad, encendía aquel equipo. Escribía líneas de DOS como quien abre un portal secreto, esperando encontrar un nuevo tesoro escondido en un diskette. Y cuando lo hallaba, ese descubrimiento se convertía en mi mejor regalo. Mi entusiasmo fue tan grande que mis padres terminaron inscribiéndome en cursos de Logo, mis primeros pasos en el mundo de la programación.
Luego llegó Internet. Y con ella, un universo infinito: podía conversar con desconocidos al otro lado del planeta, descargar imágenes de mis bandas favoritas —como Nirvana— y perderme en un mar de posibilidades. La computadora ya no era solo un juguete: era una ventana, un puente, una promesa.
.png)
Al elegir carrera, la lógica me decía “Sistemas”. Pero dentro de mí latía un dilema: tanto como la tecnología, me apasionaban la escritura, el cine, la creación artística. Mi lado creativo pesaba más que cualquier código, y terminé en Comunicación. Allí descubrí el diseño gráfico, una revelación. Era un lenguaje visual que me permitía dar forma a las ideas y compartirlas con el mundo. Ese skill se volvió una extensión de mí, una herramienta que jamás soltaría.
En 2009 llegó un nuevo capítulo. Junto a mi socio y amigo Hugo fundamos Positive Agency, una empresa de marketing digital que nació como un escape, un espacio propio donde mostrar al mundo nuestra manera de entender los negocios. En esos años cometimos errores suficientes como para escribir un libro —y quizás lo haga algún día—, pero fueron precisamente esos tropiezos los que nos dieron experiencia, resiliencia y visión. Positive no solo fue una agencia, fue un laboratorio de aprendizajes que definió mi camino como emprendedor.
Con el tiempo, el ecosistema de startups me permitió cerrar el círculo: uní mi amor por la creatividad con mi interés por la tecnología y los negocios. Diseñando, colaborando con programadores, construyendo sistemas para sectores tan diversos como construcción, gestión de proyectos y marketing digital. Nunca me casé con un solo rubro, porque mi brújula siempre fue la curiosidad.
.png)
Hoy puedo decir algo simple pero verdadero: disfruto el lunes tanto como el viernes. Porque cada semana me invita a crear, explorar y emprender. Y si tú también lo disfrutas, quizá tengamos una buena conversación pendiente. Y si no, también.
Conversemos sobre tu negocio →
.png)
¿Por qué es importante encontrar un propósito para tu vida?
Llevo meses dándole vueltas a esta pregunta. No de manera filosófica o abstracta, sino de manera muy concreta. Muy real. Porque me he dado cuenta de algo que probablemente muchos emprendedores sienten pero no se atreven a decir en voz alta: puedes tener éxito, puedes estar ganando más dinero que nunca, puedes tener proyectos emocionantes, y aun así sentir que algo falta.
Y ese "algo", probablemente, es propósito.
El peligro de vivir sin dirección
Hace unos días me encontré reflexionando sobre todos los proyectos que tengo. Los conté: quince. Quince proyectos simultáneos, cada uno con su potencial, cada uno demandando atención, cada uno prometiendo algo diferente. Y en lugar de sentirme orgulloso o emocionado, me sentí perdido.
Porque cuando todo parece importante, nada es realmente importante.
Y acá está el problema real: cuando no tienes un propósito claro, tu vida se vuelve una colección de cosas que hacer en lugar de un camino que recorrer. Te levantas cada día y atacas la lista de pendientes. Respondes correos, asistes a reuniones, tomas decisiones. Pero al final del día, cuando apoyas la cabeza en la almohada, te preguntas: ¿para qué estoy haciendo todo esto?
Esa pregunta sin respuesta es peligrosa. Porque te va carcomiendo por dentro. Te va quitando energía. Te va robando la motivación que alguna vez te hizo empezar.
He visto a demasiadas personas exitosas caer en depresión no porque les vaya mal, sino porque perdieron el sentido de por qué están haciendo lo que hacen. Y cuando pierdes eso, todos los logros se sienten vacíos. Todo el dinero se siente insuficiente. Todo el reconocimiento se siente superficial.
.png)
La ilusión de que más es mejor
Vivimos en una cultura que nos dice constantemente que más es mejor. Más proyectos, más clientes, más ingresos, más opciones, más oportunidades.
Y yo he caído en esa trampa más veces de las que quisiera admitir.
Cada idea nueva que aparece en mi cabeza se siente como una oportunidad que no puedo dejar pasar. Como si decir que no fuera cerrar una puerta que podría llevarme a algo increíble. Entonces digo que sí a todo. Me lleno de compromisos. Me sobrecarqo de responsabilidades.Y lo justifico diciéndome que soy ambicioso, que soy trabajador, que estoy aprovechando el momento.
Pero la verdad es más incómoda: estoy llenando mi vida de actividad porque no tengo claridad sobre qué es lo que realmente importa. Y cuando no sabes qué es lo que realmente importa, todo parece importante.
Esa es la trampa. Porque te mantiene ocupado, te mantiene en movimiento, te mantiene sintiéndote productivo. Pero no te lleva a ningún lado específico. Solo estás girando en círculos cada vez más rápido.
Y eventualmente, eso te agota. Te quema. Te hace cuestionar por qué estás haciendo tanto esfuerzo si no te sientes más cerca de donde quieres estar.
.png)
Lo que realmente significa tener propósito
Tener propósito no es tener una declaración motivacional pegada en la pared de tu oficina. No es poder decir en una frase bonita "cuál es tu misión en la vida".
Tener propósito es despertarte sabiendo exactamente por qué estás haciendo lo que estás haciendo. Es tener un filtro claro para decidir a qué le dices que sí y a qué le dices que no. Es poder evaluar cada oportunidad, cada proyecto, cada inversión de tu tiempo contra algo más grande que el resultado inmediato.
Cuando tienes propósito, las decisiones difíciles se vuelven más simples. No porque sean fáciles, sino porque tienes un criterio claro para tomarlas.
¿Este proyecto me acerca o me aleja de donde quiero estar? ¿Esta oportunidad está alineada con lo que realmente importa para mí? ¿Vale la pena el sacrificio que esto requiere considerando hacia dónde voy?
Y lo más importante: cuando tienes propósito, los obstáculos se vuelven más soportables. Porque no estás luchando solo por sobrevivir o por acumular. Estás luchando por algo que tiene sentido para ti. Y eso cambia completamente la experiencia.
He notado esto en mi propia vida. Los proyectos donde tengo claridad sobre el "por qué" son los que disfruto más, incluso cuando son difíciles. Los proyectos donde solo estoy persiguiendo un resultado sin conexión con algo más grande son los que se sienten como carga, incluso cuando van bien.
.png)
El propósito como antídoto contra la depresión
Y acá llegamos a algo crítico que pocas personas quieren admitir: la depresión no solo le pasa a la gente que está mal económicamente o que enfrenta tragedias. La depresión también le pasa a gente exitosa, a emprendedores prósperos, a personas que desde afuera parecen tenerlo todo.
Porque la depresión muchas veces no es sobre lo que te falta. Es sobre la falta de sentido.
Cuando tu vida no tiene dirección, cuando estás haciendo mil cosas pero ninguna te llena realmente, cuando logras objetivos y te das cuenta que no te hacen más feliz, ahí es cuando la depresión se cuela.
No es dramática al principio. Es sutil. Es ese sentimiento de "¿y ahora qué?" después de cada logro. Es esa sensación de estar corriendo en una caminadora donde no importa qué tan rápido vayas, sigues en el mismo lugar. Es ese vacío que no puedes llenar con más trabajo, más dinero, o más éxitos.
Y la solución no está en trabajar menos o en desconectarte. La solución está en conectar lo que haces con algo que realmente importe para ti.
Porque cuando tienes propósito, incluso los días difíciles tienen sentido. Incluso cuando las cosas no salen como esperabas, sabes por qué estás en la lucha. Y eso te sostiene de una manera que ninguna cantidad de motivación externa puede hacer.
.png)
La pregunta que nadie te hace
Todos te preguntan qué haces. Pocos te preguntan por qué lo haces.
Y esa diferencia es todo.
¿Por qué emprendiste? ¿Por qué elegiste esa industria? ¿Por qué sigues haciendo lo que haces incluso cuando es difícil? ¿Qué es lo que realmente quieres lograr más allá del dinero o el reconocimiento?
Estas preguntas son incómodas porque nos obligan a ser honestos con nosotros mismos. Y muchas veces la respuesta inicial es: "no lo sé". O peor aún: "porque es lo que se supone que debo hacer".
Pero hasta que no respondas estas preguntas de verdad, vas a seguir sintiendo ese vacío. Vas a seguir buscando el siguiente proyecto, la siguiente meta, el siguiente nivel, esperando que ahí finalmente encuentres lo que estás buscando.
Y no lo vas a encontrar. Porque lo que estás buscando no está en el siguiente logro. Está en entender por qué estás buscando en primer lugar.
Mi propio proceso de búsqueda
No voy a pretender que tengo todas las respuestas. De hecho, estoy en medio de este proceso yo mismo, y creo haberlo encontrado pero sigo descubriendo cosas nuevas.
Pero lo que sí he descubierto es que encontrar tu propósito no es un evento. Es un proceso. Es hacerte las preguntas correctas una y otra vez hasta que empieces a ver patrones.
¿Qué es lo que siempre vuelve a aparecer en tus pensamientos? ¿Qué es lo que te emociona genuinamente, no porque te vaya a hacer rico o famoso, sino porque mueve algo dentro de ti? ¿Qué problema del mundo te molesta tanto que no puedes dejar de pensar en solucionarlo?
Para mí, he notado que todo lo que hago es por ayudar. Suena simple, casi cliché. Pero cuando miro todos mis proyectos, todos tienen ese elemento. Ayudar a empresas a crecer. Ayudar a emprendedores a encontrar su camino. Ayudar a que LATAM sea visto como un mercado serio.
Y cuando reconocí eso, muchas cosas empezaron a tener más sentido. Empecé a entender por qué ciertos proyectos me llenan y otros me drenan. Empecé a tener más claridad sobre qué oportunidades perseguir y cuáles dejar pasar.
No significa que ahora tengo todo resuelto. Pero sí significa que tengo una brújula. Y esa brújula hace toda la diferencia.

Por qué no puedes hacer esto solo
Lo más difícil de encontrar tu propósito es que no puedes verlo desde tu propia perspectiva. Estás demasiado cerca. Estás demasiado metido en el día a día, en las presiones, en las expectativas de otros, en tus propios miedos y limitaciones autoimpuestas.
Necesitas algo o alguien que te haga las preguntas que no te estás haciendo. Que te desafíe cuando te escondes detrás de respuestas superficiales. Que te ayude a conectar los puntos que no puedes ver por ti mismo.
Por eso muchas personas recurren a coaches, a terapeutas, a mentores. Porque necesitan ese espejo externo que les ayude a ver lo que está ahí pero que ellos no pueden ver.
Y en mi caso, he descubierto que este tipo de reflexión introspectiva, cuando es guiada por las preguntas correctas, puede revelar cosas que llevas años sin ver.
El costo de seguir sin propósito
Si has llegado hasta acá, probablemente algo de lo que he dicho resonó contigo. Probablemente te has sentido así alguna vez: exitoso en papel pero vacío por dentro. Ocupado todo el tiempo pero sin dirección clara. Logrando cosas pero sin la satisfacción que esperabas.
Y quiero que entiendas algo: eso no va a mejorar solo. No es algo que se resuelve con más tiempo, con más éxito, o con esperar a que "las cosas se acomoden".
Si no haces algo activo para encontrar tu propósito, vas a seguir en ese ciclo. Y cada año que pasa, ese vacío se hace más grande. Cada logro sin propósito te deja más vacío que el anterior. Y eventualmente, la energía que tenías para seguir empujando se agota.
He visto a demasiadas personas exitosas llegar a ese punto. Y es devastador. Porque para cuando se dan cuenta del problema, ya perdieron años yendo en una dirección que nunca fue la suya. Ya construyeron una vida que se ve bien desde afuera pero que por dentro no los llena.
Y reconstruir desde ahí es posible, pero es mucho más difícil que haberlo hecho bien desde el principio.
Tu siguiente paso
Entonces, ¿qué haces con todo esto? ¿Cómo empiezas a encontrar tu propósito cuando estás tan metido en la vorágine de tu día a día?Empiezas haciéndote las preguntas correctas. Las preguntas difíciles. Las que has estado evitando porque las respuestas te dan miedo o porque no estás seguro de que te van a gustar.
Por eso creé PurposeGPT.
Es una herramienta que te guía a través de una serie de preguntas profundamente personales, diseñadas específicamente para ayudarte a descubrir cuál es tu propósito real en este mundo. No son preguntas genéricas de autoayuda. Son preguntas que te obligan a ser honesto contigo mismo, a explorar tus motivaciones reales, a identificar los patrones en tu vida que has estado ignorando.
Porque cuando no tienes propósito, es más fácil caer en las redes de la depresión. Es más fácil sentirte perdido. Es más fácil desperdiciar años de tu vida persiguiendo cosas que nunca te van a satisfacer.
Pero cuando tienes claridad sobre tu propósito, todo cambia. Las decisiones se vuelven más simples. Los obstáculos se vuelven más manejables. Y finalmente, todo el esfuerzo que estás haciendo tiene un sentido que va más allá del próximo objetivo o el próximo cheque.
Descubre tu propósito con PurposeGPT. →
No es magia. No te va a dar respuestas instantáneas. Pero sí te va a hacer las preguntas que necesitas responder. Y esas respuestas pueden cambiar completamente la dirección de tu vida.
Porque al final, el éxito sin propósito es solo ruido. Pero el éxito con propósito es legado.
¿Qué prefieres construir?