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Storytelling o morir: la clave que separa a las marcas que inspiran de las que pasan desapercibidas
Ayer scrolleaba Instagram como probablemente lo haces tú. Anuncio tras anuncio. Marca tras marca gritándome que compre, que descargue, que me registre. Y honestamente, después de cinco minutos, no recordaba ni una sola de esas marcas.
Pero hubo una que sí me detuvo. No porque tuviera el mejor descuento o el producto más innovador. Me detuvo porque me contó una historia que resonó conmigo. Y esa diferencia, entre ser olvidable y ser memorable, es todo.
El problema de sonar como todos
Abre cualquier red social ahora mismo. ¿Qué ves?
"Somos la solución más innovadora del mercado". "Aumenta tu productividad en un 300%". "La mejor calidad al mejor precio". "Únete a miles de clientes satisfechos".
Todas las marcas diciendo exactamente lo mismo. Todos usando las mismas palabras vacías. Todos prometiendo ser "los mejores" sin dar ninguna razón real para creerles.
Y la gente ya no les cree. No porque sean mentirosos, sino porque están usando un lenguaje que perdió todo su poder. Un lenguaje que suena a marketing barato, a promesas que se olvidarán en cinco segundos.
El problema no es que esas marcas no tengan algo valioso que ofrecer. El problema es que están hablando en un idioma que ya nadie escucha. Están vendiendo características cuando la gente compra historias. Están gritando especificaciones cuando la gente busca conexiones.
Y mientras siguen haciendo lo mismo que todos, sus competidores que sí entienden el poder del storytelling se están comiendo su mercado.
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Las marcas que todos recuerdan tienen algo en común
Piensa en las marcas que realmente te importan. No las que usas por conveniencia, sino las que genuinamente te importan. Las que defiendes en conversaciones. Las que te emocionas cuando lanzan algo nuevo.
Ahora pregúntate: ¿qué sabes sobre esas marcas más allá de lo que venden?
Probablemente conoces su historia. Conoces sus valores. Conoces lo que representan. Conoces por qué existen más allá de ganar dinero. Apple no solo vende computadoras y teléfonos. Te cuenta la historia de los rebeldes que piensan diferente. De los que desafían el status quo. De los que creen que pueden cambiar el mundo.
Nike no solo vende zapatos deportivos. Te cuenta historias de atletas que superaron lo imposible. De personas comunes que encontraron su grandeza. De ese momento en que decides que ya no hay excusas.
Positive Agency no solo vende servicios de marketing digital. Te cuenta la historia de hacer que LATAM deje de ser el mercado olvidado, el "ya veremos después", el experimento con presupuesto limitado. Te cuenta la historia de convertir a LATAM en sexy, en deseable, en prioritario para las marcas globales que siempre nos vieron como secundarios. Porque cuando una startup de San Francisco o una empresa de Madrid decide invertir de verdad en nuestra región, todos ganamos. No estamos vendiendo campañas publicitarias. Estamos construyendo el puente entre el mundo que nos ignora y el continente que está listo para explotar.Y fíjate que ninguna de estas marcas te está gritando que son "las mejores" o "las más innovadoras". Te están invitando a ser parte de algo más grande que una transacción comercial. Te están dando una historia en la que tú puedes verte reflejado.
Eso es lo que separa a las marcas que inspiran de las que pasan desapercibidas.
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El storytelling en LATAM tiene sus propias reglas
Este error viene directo de la arrogancia. "Si funcionó allá, ¿por qué no va a funcionar acá?"
Y acá es donde muchas marcas, especialmente las extranjeras que llegan a LATAM, cometen un error crítico: piensan que el storytelling es universal. Que si su historia funciona en Estados Unidos o Europa, va a funcionar acá.Pero las historias que resuenan en LATAM son diferentes.
Acá no nos impresionan tanto las historias de "empecé en un garage y ahora soy millonario". Nos conectamos más con las historias de perseverancia ante sistemas que no funcionan. De encontrar soluciones creativas cuando los recursos son limitados. De construir algo valioso a pesar de todos los obstáculos que este continente pone en el camino.
Acá las historias de comunidad funcionan mejor que las historias de individualismo extremo. Las historias de familia resuenan profundo. Las historias donde el protagonista no lo hace solo, sino que trae a otros con él en el viaje.
Y acá, más que en cualquier otro lugar, las historias tienen que ser auténticas. Porque hemos visto suficiente marketing falso, suficientes promesas rotas, suficientes marcas que nos hablaban bonito pero no cumplían. Entonces tenemos un detector de mentiras muy afilado.
Si tu historia no es genuina, si estás fabricando algo que suena bien pero no es real, la gente lo va a sentir. Y no solo van a ignorarte, van a desconfiar de ti activamente.
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Los elementos de una historia que vende
Entonces, ¿cómo construyes una historia que realmente conecte? ¿Cómo pasas de ser una marca más en el feed a ser una marca que la gente recuerda y recomienda?
Primero, necesitas un protagonista con el que tu audiencia pueda identificarse. Y acá está el truco: el protagonista no eres tú. Es tu cliente. Tu marca es el guía que ayuda al protagonista en su viaje.
Demasiadas marcas cuentan la historia de lo increíbles que son ellos. "Nosotros somos esto, nosotros hicimos aquello, nosotros somos los mejores". Y a nadie le importa. Porque esa no es una historia en la que ellos pueden verse.
La historia que funciona es: "Tú estás acá, enfrentando este desafío. Nosotros hemos ayudado a miles como tú a superarlo. Y así es como lo hacemos".
Segundo, necesitas un conflicto real. No un problema inventado o exagerado. Un conflicto genuino que tu audiencia esté viviendo. Algo que les quite el sueño. Algo que les frustra cada día.
Y acá es crítico que entiendas el conflicto desde la perspectiva de tu audiencia, no desde la tuya. Porque lo que tú crees que es su problema mayor puede no ser lo que ellos sienten como su problema mayor.
Tercero, necesitas mostrar la transformación. No solo los resultados finales, sino el viaje. Cómo era la vida antes, qué cambió en el proceso, cómo es la vida después. Porque la gente no compra productos, compra transformaciones.
Alguien no compra un curso de marketing digital. Compra la transformación de ser alguien que no sabe cómo hacer crecer su negocio online a ser alguien que genera clientes consistentemente desde redes sociales.
Y cuarto, necesitas autenticidad total. No puedes tener miedo de mostrar las partes difíciles, los fracasos, las lecciones aprendidas. Porque eso es lo que hace que tu historia sea creíble. Las historias perfectas son aburridas. Las historias reales son las que enganchan.
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El costo de no tener una historia
Mientras lees esto, probablemente estás pensando: "sí, suena bien, pero tengo mil cosas que hacer. Ya publicamos contenido. Ya hacemos marketing".
Y te entiendo. Créeme que te entiendo. Pero déjame preguntarte algo: ¿ese contenido que publicas, ese marketing que haces, está generando el resultado que quieres?
Porque si la respuesta es no, o si es "más o menos", el problema probablemente es que no tienes una historia clara. Estás haciendo ruido, no creando conexión.
Y el costo de eso es increíble. Porque cada día que pasas siendo una marca más del montón es un día que tu competencia con mejor storytelling está ganando a los clientes que deberían ser tuyos.
Cada peso que inviertes en publicidad sin una historia detrás es un peso que se evapora porque la gente ve tu anuncio y lo olvida tres segundos después.
Cada oportunidad que pierdes de conectar emocionalmente con tu audiencia es una oportunidad que nunca recuperas.
Y eventualmente, si sigues haciendo lo mismo que todos, te conviertes en una commodity. En una opción intercambiable. Y cuando eres intercambiable, solo puedes competir por precio. Y competir por precio es una carrera hacia el fondo que nadie gana.
Las marcas pequeñas tienen ventaja
Y acá hay algo que debería darte esperanza: las marcas pequeñas y medianas tienen una ventaja enorme en storytelling que muchas veces no aprovechan.

Leyenda: Esta marca en New Jersey puede usar las lisuras y lanzarse a jugar con los insights de trabajadores que están que quieren largarse del trabajo.

Leyenda: Entre los miles de miles de agentes, están los que se arriesgan a hacer algo distinto. Formatos que pueden ser ideas de fuera, pero adaptados a la realidad local como hablar de Luis Miguel.
Las marcas grandes están atrapadas en sus procesos, sus comités, sus aprobaciones de múltiples niveles. Tienen que ser cuidadosas, corporativas, medidas. No pueden ser demasiado auténticas porque tienen que proteger su imagen global.
Pero tú, como empresa pequeña o mediana, puedes ser real. Puedes mostrar quién eres sin filtros. Puedes contar tu historia sin que pase por diez departamentos diferentes. Puedes conectar con tu audiencia de manera directa y personal.
Y en un mundo donde la gente está cansada del marketing corporativo genérico, esa autenticidad es oro puro.
He visto marcas pequeñas en LATAM con presupuestos ridículamente limitados generar lealtad que marcas multinacionales con millones en publicidad no pueden comprar. ¿Por qué? Porque contaron su historia de manera auténtica. Porque fueron reales. Porque conectaron. Bueno, se pudieron arriesgar porque no tenían a quién pasarle las cuentas.
El tamaño de tu presupuesto no determina qué tan bien puedes contar tu historia. Lo que determina eso es qué tan bien entiendes a tu audiencia, qué tan auténtico eres, y qué tan dispuesto estás a ser vulnerable.
No es solo marketing, es supervivencia
Cada día veo nuevas marcas lanzándose al mercado. Cada día la competencia se hace más feroz. Cada día es más difícil captar la atención de una audiencia bombardeada con miles de mensajes.
Y en ese contexto, el storytelling no es un "nice to have". No es algo que haces cuando ya tienes todo lo demás resuelto. Es la diferencia entre sobrevivir y desaparecer.
Las marcas que van a seguir relevantes en los próximos años son las que entienden que ya no están vendiendo productos o servicios. Están vendiendo identidad, pertenencia, propósito. Y todo eso se comunica a través de historias.
Las marcas que van a desaparecer son las que siguen pensando que con tener un buen producto y publicar "contenido de valor" genérico es suficiente. No lo es. Nunca lo fue. Pero ahora menos que nunca.
Tu historia está esperando ser contada
La buena noticia es que tú ya tienes una historia. Todo negocio tiene una. El problema es que probablemente no la has identificado, no la has articulado, y definitivamente no la estás comunicando de manera efectiva.
Tienes una razón por la que empezaste. Tienes desafíos que superaste. Tienes clientes cuyas vidas mejoraste. Tienes valores que guían tus decisiones. Tienes una visión de cómo quieres cambiar tu industria o tu mercado.
Todo eso es tu historia. Solo necesitas descubrirla, estructurarla, y contarla de una manera que haga que la gente sienta algo. Y sí, esto requiere trabajo. Requiere introspección. Requiere ser honesto sobre quién eres y qué representas. Requiere tal vez repensar cómo te has estado comunicando hasta ahora.
Pero ese trabajo vale cada minuto que inviertas en él. Porque cuando logras articular tu historia de manera poderosa, todo lo demás en tu marketing se vuelve más fácil.
Tus anuncios dejan de ser solo especificaciones y se vuelven invitaciones. Tu contenido deja de ser genérico y se vuelve magnético. Tus clientes dejan de ser transacciones y se vuelven evangelistas.
Hablemos de tu historia
Si has llegado hasta acá, probablemente algo de lo que dije resonó contigo. Probablemente te has dado cuenta de que tu marca necesita una historia más clara, más poderosa, más auténtica.
Y tal vez estás pensando: "sí, pero no sé por dónde empezar. No sé cómo identificar mi historia. No sé cómo comunicarla de manera que realmente conecte con mi audiencia en LATAM".
Eso es exactamente para lo que estoy acá.
He pasado años ayudando a marcas a descubrir y contar sus historias de manera que generen resultados reales. No storytelling por el storytelling. Storytelling que vende. Que construye lealtad. Que diferencia.
Y me encantaría conversar contigo sobre tu negocio. Sin compromisos. Sin pitch de ventas. Solo una conversación honesta sobre dónde estás, dónde quieres estar, y si puedo ayudarte a llegar ahí.
Conversemos sobre tu negocio →
Porque al final, puedes seguir siendo una marca más que pasa desapercibida. Publicando contenido que nadie recuerda. Invirtiendo en publicidad que genera clicks pero no conexión.
O puedes decidir que es momento de contar tu historia de verdad. De diferenciarte. De inspirar.
La diferencia entre esas dos opciones es todo.
¿Qué vas a elegir?